La hora leonesa

El Ayuntamiento saca a concurso la instalación y el mantenimiento de un nuevo reloj en Santo Domingo; lugar histórico en el que se ha dado cita toda la ciudad desde 1927
A. Caballero - León
La ciudad espera allí desde el año 1927. Abrazada a sus manijas. León, a principios de siglo, encontró su ritmo en un compás de dos por dos. Y se quedó debajo del reloj de Santo Domingo. Todo el mundo ha quedado a su sombra, donde se han cobijado amores y traiciones. Dentro del tiempo, el tiempo no pasa, mientras los leoneses andan a sus cosas: besarse, pelearse, mirarse de reojo, demostrar que los paisanos con boina no son paletos... Todo ante la mirada del centinela que se erigió en la nueva centralidad de la capital, donde se había parido una plaza en forma de estrella, trufada de edificios modernistas y que se coronó después con una fuente firmada por Figueras, el encargado de estas estructuras en la Exposición Internacional de Barcelona en 1929. Venía el futuro que ha atropellado el presente.
Aquel pasado se topa ahora con el acuerdo del Ayuntamiento para instalar un nuevo reloj, vencido el compromiso anterior. La iniciativa saca a concurso la instalación, para los próximos 15 años, bajo dos posibles fórmulas: el pago de un mínimo de 6.000 euros, con derecho a explotar la publicidad adjunta, o el compromiso del mantenimiento del mecanismo, junto con los de San Marcos y las plazas de Regla y Mayor, sin coste y con opción de añadir elementos publicitarios en el nuevo. Cuando se pica en la zona se encuentra la traza de la muralla medieval, pedazos de sepulcros, retazos de la historia... León, que otra vez pugna por no quedarse en el pasado, es presente bajo el reloj de Santo Domingo. Cada manija anuncia un segundo de futuro. «Un ojo voraz, tan implacable como inocente», como describió Luis Mateo Díez aquella máquina del tiempo en la que toda la ciudad se ha dado cita.
Fuente: Diario de León

1 Comments:
Bueno, las fotos antiguas son bonitas, pero,hay que reconocer que la plaza actual es más bonita, aunque los edificios de alrededor son los mismos. Falta la fuente, ¿qué sería de los triunfos deportivos actuales sin la fuente? Lo peor (me acabo de fijar) es la fachada de lo que hoy sin duda sería un gran edificio,derruido a criterio de algún imbecil el instituto Juan del Encina, al fondo al lado del edificio PALLARES, hoy museo de LEON
Para oro día más ¿vale?
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