miércoles, febrero 21, 2007

César, Fer, y sus amigos


La semana pasada vino a visitarme César, mi hermano, junto con otros 8 amigos, entre los que estaba mi inseparable compañero de mus, Fernando. En total eran 9 personas (vaya cuadrilla) que vinieron a pasar unos días después de los exámenes de Febrero.

Aunque no conociera mucho a muchos de ellos, lo hemos pasado bien; ellos incluso mejor que yo, dejando atrás toda la rutina de los exámenes.

En esta foto se pueden ver a todos menos a Santi y Felsus.

El primer día les llevé a ver casi todo lo importante que tiene Varsovia: Palacio de Cultura, barrio judío, Ciudad Vieja, Vístula, Palacio del Primer Ministro, etc. Anduvimos mucho, pero nos dio tiempo para ver todo lo que quería enseñarles. Para tener fuerzas para toda la tarde, les llevé a un restaurante típico polaco, y al ver la comida que nos traían se llevaron las manos a la cabeza (a parte de la cerveza de litro que cada uno se metió para el cuerpo). Es una lástima no tener fotos de la comida, fue impresionante.

Foto en el mismo lugar en el que nos hicimos una foto Luis y yo.

El segundo día todos se fueron a Cracovia menos César y yo, que ya lo habíamos visitado. Ellos se quedaron a dormir allí para poder ver la ciudad y los campos de concentración, y nosotros nos dedicamos a visitar la ciudad y pasear; como le hice ver a César, Varsovia no tiene mucho para contemplar, pero tiene su encanto. Esos días aproveché para cocinar unos fabulosos pierogis: primero cocidos y luego fritos con cebolla y pimiento y una capa de queso fundido por encima... deliciosos. La cosa fue que, como a César le gustaron los que le había cocinado, llevé al resto a una pierogería a cenar el Sábado, pero allí los dan sólo cocidos y sin queso, cebolla ni pimiento. Además, los pedimos de espinacas, champiñones, repollo, lentejas... vomitivos. Sobraron muchos (menos mal que ahí estaba Diego, alias GURÚ, que engullía todo lo que podía).


Fabuloso plato de pierogis que gentilmente cociné para César.


Al día siguiente de que ellos vinieran de Cracovia les llevé al Łazienki Park, donde está situada la famosa estatua de Frédéric Chopin, famoso autor polaco, además del Palacio sobre el Agua (aunque en estas fechas es Palacio sobre el Hielo). Después de comer fuimos de nuevo al barrio judío, porque se me había olvidado enseñarles un monumento que conmemora el Levantamiento de Varsovia. Este monumento no aparece en las guías de la ciudad, pero es tan impresionante que merece la pena verlo. Sencillamente: impresionante.

Anfiteatro que hay en medio del parque (llamado Anfiteatro sobre el agua).


Este monumento es el que os comentaba. Está situado a un lado de una plaza grandísima, donde se encuentran la Biblioteca Nacional y el Ministerio de Justicia.


Y si impresionante fue la comida del primer día, celestial fue la comida del último. Ese día no llevé la cámara, pero cuando Santi (uno de los que vinieron) me pase las fotos que hizo voy a escribir sólo un tema para las fotos, porque se lo merecen. Fuimos a un restaurante típico checo que hay cerca de mi casa, y fue la osti*... para repetir, sin duda. A ese restaurante ya había ido con Luis y Eric, pero no pedimos una especie de pinchos morunos que se pidieron muchos el otro día... como una imagen vale más que mil palabras, esperad a que las cuelgue y veréis.

Espero que les halla gustado Varsovia, no quiero haberme currado una visita para que encima no les guste :p Por lo menos, espero que estén contentos con la forma con la que les he tratado. A los huéspedes siempre hay que tratarles lo mejor que uno puede.

Todos los visitantes debajo de la estatua de Frédéric Chopin.


Saludos desde los -4º C de la capital polaca.

Bonita vista, ¿verdad?

lunes, febrero 05, 2007

Fin de semana en Toruń


Cansados de estar otro fin de semana en Warszawa, por fin decidimos emprender viaje a alguna ciudad cercana. La afortunada fue Toruń, ciudad situada al norte del país.

Ciudad inscrita hace unos pocos años en la lista de la UNESCO, toda ella de estilo gótico, famosa por tener más de 300 monumentos inscritos en la historia del arte de Europa. Un casco antiguo precioso, cuidadísimo, cuyas calles y plaza mayor siguen siendo las mismas que hace 700 años. Importante es, también, que es la ciudad natal del famoso astrónomo Nicolás Copérnico, el cual fue el primero que desarrolló la teoría del heliocentrismo (se dice que "paró el Sol y movió la Tierra"). Por ello te puedes encontrar múltiples esculturas y recordatorios del pequeño Nicolás, además de un planetario, en el cual estuvimos (en una guía ponía «...no es difícil imaginarse al pequeño Nicolás corriendo por las calles de la ciudad...», lo cual nos hizo gracia).

Al viaje fuimos Javi, Nela, Roberto, Eric, Florin (el chico rumano que os comenté un día) y yo. Tan solo dormimos una noche allí (la del sábado) en un hostal bastante caro (7 € :p).

Pasear por la ciudad fue lo más bonito. El hecho de que la ciudad sea igual que hace más de medio milenio hace que te sumerjas perfectamente en el ambiente de la ciudad. Todo el casco antiguo empedrado, ningún edificio sucio o mal cuidado, todo limpio... detalles que hacen que la ciudad sea agradable 100% a la vista. Si a eso le sumamos que comer nos costó 3 euros, que cenamos una pizza por otros 3 euros (mejor que la del telepizza mil veces), que comimos unos pasteles por 30 céntimos de euro cada uno, y que la cerveza está aún más barata que en Varsovia... ¿qué más se puede pedir?

También estuvimos en la casa donde el pequeño Nicolás vivió. Lo tienen ambientado en forma de museo, aunque la verdad es que no es muy interesante que digamos. Catedral, castillo, orillas del Vístula... todo eso recorrimos; aunque también tuvimos tiempo para patinar sobre hielo, y vaya espectáculo :D

Después de este viaje, ya tenemos medio-planeado otro (de viernes a domingo de la próxima semana) pero aún no tenemos nada decidido por completo, así que no adelanto nada.

Saludos.