
Este fin de semana tocó
Poznań, una ciudad situada en el centro-oeste del país con unos 580.000 habitantes. Pensábamos que tendría bastantes cosas para ver, y así poder amortizar la noche que pensábamos quedarnos, pero no fue así.
El viaje comenzaba a las 8.30 desde la estación de tren de Varsovia. A las 8 quedamos, pero yo no aparecí; me quedé dormido y me desperté a las 9 y pico. Así que miré los horarios de los trenes que había después y cogí uno que llegaba 3 horas más tarde que el resto. El viaje duraba 3 horas y m

e daba igual viajar esas horas yo solo puesto que sería la única oportunidad que tendría para conocer la ciudad (no creo que otros erasmus de Varsovia vuelvan en estros 3 meses que quedan).
Entonces cogí el tren y a las 3 llegué. El viaje fue muy ameno: dio la coincidencia de que en mi mismo compartimento había una pareja que hablaba español, eran un boliviano

y una polaca, la cual hablaba mejor que yo en castellano. Estudió filología hispánica y estuvo de erasmus en España, además de hacer su tesis en España también. Dicha tesis fue de un escritor leonés: Luis Mateo Díez. Por eso mismo conocía León también casi mejor que yo, aunque no había estado nunca. Cosas de León capital y, sobre todo, detalles del Valle de Laciana, de donde él era. Los dos eran profesores de la

Universidad de Varsovia, jóvenes, muy agradables.
Una vez llegué allí, no encontré oficina de turismo. Sabía que estos estaban en el centro, así que me subí a una especie de puente que había al lado y me dirigí hacia unos edificios bonitos que, supuse, estaban en el centro. Mi sentido arácnido no me falló y efectivamente me dirigí al centro por el camino m

ás corto, pasando justo por edificios bonitos que merecían la pena ver. Nada más reunirme con ellos, nos fuimos a comer a un restaurante que estaba justo en la Plaza Vieja, y no era nada caro. Pedimos como bestias unas fuentes de carne que daban gusto comerlas: una fuente para cada tres. Todavía había fuerzas para una tercera fuente, pero nos pareció gula, no hambre, y lo dejamos.
Como en las 3 horas que estuve viajando yo solo estos vieron la ciudad, después d

e pasar unas dos horas en el restaurante (era lo mejor de la ciudad) me llevaron a dar una vuelta. Lo poco que tenía para ver era precioso, pero la pena es esa, que era poco. Por eso pensamos que lo mejor sería coger el tren de vuelta a las 19.45 y así ver la segunda parte del partido de España contra Dinamarca (Luis, ríete tú ahora de los daneses).
Y ahora, en estos meses que quedan, empieza el jaleo. Visitas de Silvia ( por fin :) ), Javo, Sara (la hermana de Luis); viaje a Berlín con Eric; visita de mis padres; pequeño interrail con Javi (que espero que al final hagamos) y visita a Luis a Dinamarca; concierto de Rise Against en Londres con Luis

y Molero, etc., etc., etc. ... gozando esto poco que queda.
Saludos amigos.
PD: espero vuestros comentarios :'(
****Edito para poner la foto de la comida****
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